Finalmente tras 11 años viviendo en Madrid, toca cambiar de ciclo y me vuelvo a mi ciudad natal, Zaragoza.
La Residencia Joaquín Blume ha sido como una casa para mí, donde su director José Ramón ha sido parte de mi familia. Estando en los momentos buenos y en los regulares, dándome su apoyo y sacándome una sonrisa. Como no, echándome alguna que otra bronca con mis compañeros de residencia... más que merecida; pero que en mis primeros años aquí hicieron que no me descarrilara, contribuyendo a ser la persona que soy hoy.
En todos estos años he vivido innumerables experiencias, siempre en compañía de mi entrenador José Luís Martinez, gran técnico, guía y amigo. Al que voy a echar muchísimo de menos y al que siempre consideraré mi entrenador: el que me formó, creyó en mí y me ayudó a caminar y correr en esos momentos tan difíciles. Y como no, quien me dió alas para volar y con quién logré igualar el Récord de España, consiguiendo esa gran marca mano a mano.
¡Manolo! qué decir de el gran físio RFEA que con tanto cariño me ha tratado, animado hasta el último aliento en cada 800ml y secado mis lágrimas esos días malos. ¡Eres un fenómeno! y por supuesto parte de mi familia. Los fisios Bodoque y Sergio buenos amigos de tertulia y grandes animadores, siempre optimistas y vivos.
Mis hermanos adoptivos: Joan (Juanitooo) y Calcio (Álvaro) ¡qué haría yo sin vosotros! y cómo os habéis ganado mi corazón con una amistad de las de verdad. Elian y Eva igualmente mis hermanas, no olvidaré esos Templo de Debod o esos helados volviendo desde Principe Pío.
Mis compañeros de entreno, tanto los de antes: Tali (Victor), Calcio, Canario (Javi), Manu e Isma quienes me han cuidado sin fin y retado como a un chico más en el grupo, Amorosa (Esther) y sus Chamis e historias de topitos, David con su energía y grandísimo apoyo incondicional o los más recientes: Juanjito y sus bromas y piropos sacándome sonrisas, Bermejis con sus piques a ver quién lanzaba más o Pepito con su alegría, apoyo y comprensión.
Mis compis de piso estos dos últimos años, sobretodo mis pupetillas: Ampi, Laia y Merche..... ¡¡¡os voy a echar demasiado de menos!!
Los compañeros de residencia... Cuco, Dani, Guinda y qué decir de los hermanos Sarmiento pared con pared a mi cuarto un sin fin de años.
Mis amigas de la UAM: Rebe y Cris siempre ahí ¡adorables y seguidoras incondicionales!
Son muchas las personas que han pasado por mi vida todos estos años de adolescencia y juventud, ayudando a formar mi carácter y personalidad desde los 17 años, enriqueciéndome día a día. Conociendo un sin fin de emociones: alegría, sorpresa, ternura, amor, tristeza, desolación, rabia...Sólo lamento no haber conocido a alguna de ellas más o no haber logrado congeniar lo suficiente con otras.
Simplemente a todos vosotros muchísimas gracias, escribo este mensaje entre lágrimas de emoción, recordando todos los momentos vividos y recogiendo lo que queda de mí en el cuarto.
No quiero que sea un adiós sino un ¡hasta luego Madrid y un nos vemos familia Blume!
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